Nos sucede al asistir a las reuniones que podemos atender a detalles como : presencia de personas conocidas, cantidad de personas asistentes así como percibir características peculiares, elementos del ambiente como decoración, clima, vestuario y accesorios de los asistentes o observar la interacción entre los presentes. Lo interesante de lo anterior es que cada participante de la reunión la va describir en términos diversos y los detalles a resaltar van a ser particulares a cada uno.
- En el caso de un evento social podemos sentirnos cómodos o incómodos en ese contexto y con deseos de continuar o de huir lo más pronto posible : Cuenta si lo entendemos como un compromiso acorde o no con nuestras preferencias personales para pasar el tiempo.
- Lo curioso es que desde antes de asistir al evento nos hacemos una idea de lo que va a suceder y lo que pensamos está marcado por nuestras experiencias similares con eventos pasados o personas como las que nos vamos a encontrar.
- Estas ideas nos van a generar un deseo, necesidad al evaluar la conveniencia de asistir o un rechazo si pesan mas los temores, anticuerpos o actitud defensiva ante la concurrencia al evento, por lo tanto experimentamos un sentimiento de comodidad o incomodidad ante al hecho en si de proyectar estar allí.
- El estado de ánimo también influye en los deseos o no de departir socialmente y este a su vez está relacionado con nuestra autoestima vinculada con la evaluación que hacermos de nuestro aspecto físico, habilidades sociales así de como nos sentimos al vincularnos con personas que están a un nivel social, económico, profesional equivalente o distante a nuestra realidad.
- Por tanto estamos consciente o inconscientemente esperando que ocurran situaciones, algunas de ellas exagerando los peligros o las esperanzas de lo que puede suceder. Por ejemplo la chica que se considera poco atractiva, sin tema para poder conversar va percibir como una situación amenazante la reunión o el evento y para evitar una herida a su narcisismo puede no asistir.
- Algunas reuniones de reencuentro entre camaradas pueden provocar angustia pues se piensa que se harán preguntas personales como trabajo, compromisos o logros que pueden no querer contestar para no ser juzgados(as), criticados (as) o para no recibir supuestas miradas de compasión, de burla o de aburrimiento.
- Si la persona llega con una actitud positiva esperando encontrarse con sus compañeros(as) de travesuras probablemente esperará que llegue el día..grandes abrazos y risas por recuerdos que forman parte querida de nuestra vida y compartir relatos de lo vivido en un contexto de aceptación e interés.
- Si pensamos en encuentros sinceros, reales auténticos, donde se comparte lo que cada uno ha aprendido de la vida, los fracasos y las alegrías, el reintentar , la lucha, que aún en épocas difíciles se encuentra la fuerza para superarnos a nuestro ritmo, emprendiendo la marcha por caminos que nos acerquen a nuestros sueños y confrontar en confianza los temores de perder lo que valoramos, de reponernos ante nuestras tristezas y decepciones.
- Lo cierto es que en soledad atormentados por el negativismo nos privamos de risas, de caricias, de encuentros que nos enriquecen.
- En cambio estar solos fortalecidos con la conciencia de lo compartido y producto de la aventura de conocer a los otros puede ser motor de convocar a reunirse y asistir a eventos que nos permitan estar en contacto, acompañarnos, aún cuando en nuestro día a día no se de la presencia cotidiana.
Con las floras en su aniversario disfrutando reencuentro |
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