martes, 6 de marzo de 2012

Al viajar escuchamos con mas claridad nuestra voz interior





Hace muchos siglos nuestros antepasados eran nómades, vivían de lo que la naturaleza les proporcionaba.. con la agricultura y el desarrollo de las ciudades las cosas empezaron a cambiar, la propiedad, la acumulación, el miedo a lo desconocido, el temor al cambio.

Si consideramos quienes somos y analizamos el tiempo y el espacio, viajamos y nos trasladamos en todo nuestro ciclo de vida...viaja la tierra alrededor del sol y se generan las estaciones del año. Viaja la tierra rotando y origina el día y la noche...viajamos en el tiempo cuando recordamos el pasado y cuando nos proyectamos al futuro.

Viaje, proviene del latín via, camino.. pienso en Edipo, la fuerza interna que lo lleva a viajar cuando joven es el de encontrar su sino, la profecía que se debía cumplir, su tragedia,

Nuestra vida es un viaje hacia la muerte. Anticipamos la muerte viviendo límites de edad, sexo, época, creencia, cultura. "Estoy demasiado mayor para estudiar" "No tengo edad suficiente para hacer lo que realmente deseo" "Ser independiente no es de mujeres", "Tengo la única fe verdadera·

Es una fantasía la permanencia la realidad es que todo se mueve y cambia.

Las fronteras son artificiales, la vida está conectada, todos somos uno en el cosmos.
Cuando soñamos también viajamos a nuestro interior, o al centro del universo... podemos volar, caer, morir y comenzar de nuevo.

Jesús estuvo viajando por el desierto antes de inciciar su vida pública, los peregrinos de todas las épocas quieren encontrar en este sacrificio la trascendencia y las respuestas que se pierden en la rutina.

Al viajar se nos abre la mente, se expande nuestra sensación de vivir, hay tantas posibilidades y al mismo tiempo no somos tan diferentes.

Los ritos, los bailes, las creencias, el dormir y el despertar, el reir y el llorar, la gran admiración humana ante el mar, las montañas, lo intenso e infinito que puede ser un desierto o lo sobrecogedora vida de la selva.