miércoles, 26 de junio de 2013

Fortaleza en la vulnerabilidad

En el día a día todos afrontamos dificultades y problemas que pueden agobiarnos o despertar en nosotros la creatividad así como los recursos que nos permiten crecer, cumplir sueños o ver  lo que tememos y sentimos como una amenaza  que nos absorbe la vida.

A veces encontramos personas que nos refieren innumerables circunstancias que consideran la explicación para su malestar emocional, su tristeza, desánimo, ira o pesimismo. Nos cuentan que provienen de un hogar con pobreza, violencia, desamor o donde se sintieron ignorados, fuera de lugar, criticados.

Es una herida abierta y doliente que al evocarla los hunde en los confines de la frustración y la rabia. Cada vez que cuentan sobre estos hechos sufren, lloran, se observan los gestos de un niño o una niña desprotegida.

En la terapia pueden hablar de lo que los daña abriendose a otra mirada, su fortaleza..la fuerza que los ha impulsado a seguir adelante a construir día a día su vida y tomando contacto con su vulnerabilidad se dan cuenta de la fuerza que proviene del amor de los que le rodean, de la fe, de las circunstancias que le permitieron probar su capacidad de superar el miedo, las miserias, de poner un alto al dolor, buscando una vida diferente, fuerza que muchas veces los lleva a pedir ayuda o los agota manifestandose las enfermedades.

Empieza entonces la gran importancia de la flexibilidad, de romper patrones: "mi padre debio ser responsable", "mi madre no estuvo cuando la necesite" para mirarse a si mismo y a todos como imperfectos, vulnerables, que hacemos lo que podemos de acuerdo a nuestra visión y tesón.

Cuando nos damos cuenta que ese dolor es parte de aferrarse al pasado, de haber querido lo que no recibimos o pensar en todos los que defraudaron nuestras expectativas o afrontar nuestros fracasos podemos sacarnos nuestro ropaje de víctimas "de la vida, de la gente, de la mala suerte" para ponernos al frente de nuestros sueños, nuestros deseos, nuestros miedos y la responsabilidad de hacer de cada momento una oportunidad de ser como queremos ser-

Las personas podemos agradecer a la vida la oportunidad de la diversidad, de la libertad, de lo mejorable, de errar para así aprender y crecer. Si algo nos duele es muchas veces porque nos aferramos a una idea de como "deberían"ser las cosas, la aceptación de nuestra realidad no significa resignarnos, sino reconocer que partimos de una historia con recursos que nunca dejaran de sorprendernos.

Solo quien se atreve a romper con su zona de seguridad y del terreno conocido puede romper el dolor y pasar al desarrollo, si corremos mas que antes, si estudiamos mas que antes, si nos comunicamos mas que antes, si trabajamos mas que antes, si vivimos el momento mas que antes, el resultado en experiencia va a ser diferente.

Vivir el presente no significa ni olvidar historias ni sueños sino contactarse con lo que se relaciona con nuestro interés si somos conscientes. A veces privilegiamos a través de la rutina la seguridad, pensamos que con el control vamos a sufrir menos pero la vida nos sorprende, todo cambia, no hay rutina que se pueda mantener, sino veamos la película "Good Bye Lenin", por mas que queremos permanecer todos pasamos de bebes a infantes, a la niñez, la pubertad, la adolescencia, juventud, madurez y vejez..nadie se queda en este mundo eternamente ni igual.


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