martes, 3 de julio de 2012

Cambios de humor y lenguaje interior

Muchas veces sin explicación aparente  las personas cambian de humor, es decir, quien estaba tranquilo de un momento a otro podemos observar que muestra irritabilidad, desgano, tisteza o una evidente perturbación.

Los psicólogos pueden analizar esta situación desde diferentes teorías y todos coinciden que las personas cambiamos nuestro estado anímico por diversas razones físicas, mentales, ambientales así como por la manifestación de recuerdos que permanecen reprimidos en nuestro inconsciente que han sido evocados por detalles.

Por ejemplo un gesto de alguien al saludarnos, un aroma, la melodía de una canción, el clima, el haber participado en una actividad física, la memoria de un problema vivido, también una afirmación exagerada y radical "no le importo a nadie", "nadie me quiere", "todo me sale mal", "tengo mala suerte", "soy torpe", "no me esfuerzo lo sufieciente", "soy un fraude".

Existe un discurso interno constante, el pensamiento que fluye muchas veces de una manera asociativa a situaciones, sensaciones o experiencias. Esa voz interior a veces crítica y avergüenza, contribuyendo a que se experimente sentimientos de inadecuación, desvalorización o malestar.

Este discurso es producto de las interacciones sociales, de lo que cada uno ha asimilado como lo correcto para evaluar su conducta y el mundo que lo rodea.

Recuerdo el caso de un estudiante que regreso a la universidad luego de 2 años de haber dejado los estudios a media carrera, se reincorporo con la ayuda económica de la madre. Ante las dificultades en sus cursos se decía a sí mismo "estoy robando a mi madre, voy a desaprobar" " quien soy para creer que puedo llegar a ser alguien". El asistía a clases, trataba de estudiar, pero estos pensamientos hacían que perdiera la concentración, sudaba profusamente en clases ante la posibilidad que el profesor le pregunte algo.

Se  modificó sus pensamientos, se evoco sus sueños,  los éxitos pasados en su desempeño,  su perfil luchador y se le ayudó a  darse cuenta que la forma como se estaba hablando era lo que lo estaba perturbando,

Encontró  irracional su charla y no la realidad, reconoció su valor al intentar cumplir sus metas, se contactó con su esfuerzo, el tesón  que hábía demostrado tantas veces, el valor para luchar, esforzarse y seguir intentando aún cuando no le fuera sencillo perseverar.

Hemos escuchado el refrán "todo depende del cristal con que se mire", la misma persona puede ser evaluada en su conducta por 2 personas de modo muy diverso. Por ejemplo, si una jovencita no sale los días de clase con sus amigas puede ser vista por algunas de ellas como un ejemplo de responsabilidad y por otras como una persona indiferente a compartir con las amigas.

Muchas veces las personas ocultamos nuestra forma de pensar por no creer que es correcto decir lo que nos gusta o disgusta de una situación. Parejas que callan por años detalles de la convivencia que les disgustan, creyendo que de esa manera evitaran el conflicto y la relación durará por mas tiempo. Lo que se reconoce en las terapias de pareja es que estas situaciones mínimas pueden ser fuentes de disgusto y malestar y no expresarlas y buscar una solución juntos contribuyen a que la relación no sea sana y auténtica,

Ante algo que no sale como nos gusta podemos decirnos a nosotros mismos "siempre tengo mala suerte", cuando tenemos una dificultad en alguna de nuestras relaciones a veces pensamos "nadie me quiere", cuando anticipamos una separación o un cambio inminente que amenaza nuestro orden de vida actual "no lo podré resistir", si anticipamos que podemos errar "Todo me sale mal"...todos estos pensamientos nos llevan a un malestar emocional nos sentimos deprimidos, ansiosos, cólericos.

Cuando las personas tenemos la valentía de asumir que no nos sentimos bien y buscamos ayuda especializada, un terapeuta, vamos a cambiar nuestra perspectiva y como los psicólogos cognitivos  Aaron Beck quien analizo como los esquemas cognitivos se relacionan con las emociones así como en la terapia racional emotiva Albert Ellis( A-B-C- creeencias irracionales o exigencias) vamos a descubrir que es posible cambiar el pensamiento por ideas más racionales y eficientes y que es deseable y preferible contar con un modo de pensar más flexible y optimista

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